El año pasado, terminó como el año en el que se produjeron más renuncias a las herencias. Y en el primer trimestre de este año, ya se han registrado más de un centenar de ellas. Pero, ¿sabemos qué está ocurriendo para que esto suceda?
La respuesta es bien sencilla, y es que, los herederos se encuentran con que el difunto ha dejado más pasivo que activo, por lo tanto, se ven obligados a rechazar la adjudicación. Esto está siendo más habitual de lo que debería, pues en tiempos de crisis, las personas no ingresan lo suficiente para saldar sus pasivos pendientes, y por lo tanto, son los herederos lo que tienen que hacer frente a estas deudas.
Así mismo, la crisis económica derivada por el Covid-19, no ha ayudado a que las personas puedan disponer de recursos económicos suficientes para hacer frente a estos pasivos. De igual manera, los herederos tampoco pueden saldar estas deudas pendientes, por lo que, deben renunciar a dichas herencias.
Sin embargo, este no es el único motivo por el cual se renuncia a las herencias. En ocasiones, el difunto es un familiar lejano con el que apenas hemos tenido trato, y por lo tanto, hay muchos que ven injusto beneficiarse de la herencia de alguien que apenas conocían.
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