Frases como ‘dale un beso a la abuela’ o ‘dale un beso al tío’, las escuchamos a diario por parte de padres o madres hacia sus hijos. Pero, ¿alguna vez hemos pensado que este gesto podría ser negativo para los niños/as?
Curiosamente, en ocasiones nos sentimos rechazados si no nos da un beso, o si no nos muestra un gesto de cariño. Pero esto no significa que no nos quiera. Debemos entender que los niños tienen una forma de comunicarse diferente a nosotros, y deben tener su espacio para aprender a manejarse en nuestro mundo, que es desconocido para ellos.
Los expertos aseguran que dar besos y abrazos es una simple convención social. Mamen Bueno, psicóloga de la plataforma Criar con Sentido Común, expone su opinión a cerca de este tema: ‘creo que se obliga a dar besos a los niños y niñas porque en parte se les considera una prolongación de los adultos. Y que un hijo o hija no los dé, lo vivimos como un dramita, como qué van a pensar de nosotros que no hemos sabido educarlos. Y sobre todo sentimos que si no dan besos nos dejan en mal lugar. Obligarles a dar abrazos o besos es un paso hacia la desprotección, ya que “se siembra la idea que está bien ceder a los deseos de los demás. Que no importa si algo te molesta o incomoda. Que no tienes derecho a negarte’.
En definitiva, lo importante es no forzar a los niños y dejar que sean ellos los que decidan si dar esas muestras de cariño o no. Tienen que aprender a saber lo que quieren y lo que no, mostrar alegría cuando algo les gusta y rechazo cuando algo no les agrada. Dejar que sean ellos mismos.
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